Erase que se era
el agua de pera.
Nadaba en las colinas
en las que las flores eran finas.
Caminaba en las calles del sol
donde la noche tenía un farol
que le mostraba las estrellas
y todas las constelaciones bellas.
Bailaba si ton ni son
en el ritmo del pink ponk
y en el horizonte después
construía sueños del mundo al revés.